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Cómo diseñar una clase cerebralmente compatible

El cuello de botella cerebral Imaginemos que estamos visitando el cerebro de un alumno que está en un aula y que una docente le está dando una clase.

La docente tiene muchos contenidos en su cerebro y el propósito de su clase es transferirlos todos al cerebro de su estudiante, mismo órgano en el cual estamos de visita. Mientras observamos cómo una gran cantidad de información viene hacia nosotros, vemos que todos esos datos tratan de ingresar, pero intentan hacerlo a través de una puerta muy estrecha, una especie de cuello de botella.

Este cuello de botella cerebral es la memoria de trabajo que tiene la función de procesar la nueva información que entra al cerebro antes de que pase a la memoria de largo plazo. Este espacio exiguo que conduce a la memoria de largo plazo es tan estrecho que tan solo cuatro pedazos de información pueden pasar cada vez. ¡Sin embargo, la docente está hablando a dos kilómetros por minuto! Y esto sucede desde hace media hora. ¿Algo de la información que está diciendo la docente está pasando por este cuello de botella cerebral hacia la memoria de largo plazo?

Sí, pero solamente los primeros cuatro pedazos pasaron a la memoria de largo plazo, donde fueron etiquetados y depositados en unos contenedores. Claro que cuando esto estaba pasando un montón de información que dio la docente no pudo pasar por este cuello de botella cerebral.

La función más importante del sistema nervioso es la supervivencia y, por lo tanto, cualquier cosa que no sea esencial para este objetivo es desechada. Por esta razón, si centenares de piezas de información que no son importantes para este fin tratan de pasar por el cuello de botella cerebral el cerebro activa una válvula de emergencia para desconectar los estímulos innecesarios.

Este es el motivo por el cual el alumno cuyo cerebro estamos visitando ha dejado de prestarle atención a la docente y está mirando el Instagram de Cristiano Ronaldo. ¿Qué significa esto para usted cuando diseña una clase? Si realmente desea que sus contenidos entren en los cerebros de sus alumnos necesita presentarlos en pequeños fragmentos. No tiene sentido que les enseñe más que cuatro piezas nuevas cada 20 minutos porque solo unos pocos retazos de información pueden pasar por el cuello de botella cerebral.


También tiene que asegurarse de que los contenidos que enseña estén relacionados con algo que sus alumnos necesiten y que les importe. Para mantenerles la atención y su motivación, acláreles cómo los datos que les está enseñando mejorarán sus vidas (buena salud, mejores relaciones, más tiempo libre, etc.). Por ejemplo, ahora está usted aprendiendo cómo diseñar una clase cerebralmente compatible. ¿Cómo lo beneficiará esto?

  • Mejorará su relación con sus alumnos porque estarán agradecidos con usted por ayudarlos a aprender mejor y más fácilmente.

  • Optimizará también su relación con los directivos y supervisores ya que la buena opinión de los alumnos seguramente llegará hasta ellos.

  • Incrementará su productividad al ayudarl@ a diseñar mejores clases en menos tiempo.

  • También aumentará su salud ya que ese tiempo que gana podrá dedicarlo al ejercicio, sueño, recreación, etc.

¿Tengo su atención ahora? ¿Está su cerebro procesando esta información? ¡Espero que sí! Ahora atravesemos el cuello de botella cerebral y entremos al área de procesamiento cerebral (la memoria de largo plazo) del cerebro de su alumno para ver cómo los contenidos que logran traspasar el cuello de botella cerebral son procesados, etiquetados y depositados para su recuperación futura.

Esquemas: los contenedores mentales para depositar el conocimiento

Una vez que un contenido atraviesa el cuello de botella cerebral y entra en el área de depósito cerebral (memoria de largo plazo) debe ser desempaquetado, analizado, ordenado y etiquetado antes de que pueda ser depositado. ¡Esto requiere de un montón de trabajo mental!

Los esquemas ayudan al cerebro a ordenar la información para un más fácil depósito y recuperación, comparándolos con otra información que ya está depositada. De hecho, es necesario menos esfuerzo mental para aprender algo nuevo si lo podemos relacionar con algo que ya conocemos.

Este es el motivo por el cual las metáforas son herramientas útiles de enseñanza. Estas facilitan relacionar algo nuevo y desconocido con algo que ya nos es familiar. Además, una metáfora nos da un formato que podemos copiar mientras construimos un contenedor de depósito cerebral para colocar la nueva información. Las utilizaremos en esta nota por este motivo.


Como experto en su disciplina, ha pasado muchos años creando muchos esquemas interrelacionados en su área de conocimiento. Si ahora trata de transferir directamente todo lo que ha aprendido desde su cerebro hacia el cerebro de sus alumnos, sin primero ayudarlos a asimilar, ordenar y procesar la información paso a paso para que ellos puedan construir sus propios esquemas para depositar esa información, ¡no va a funcionar! Es muy importante que ayude a sus alumnos a desempacar, analizar, ordenar y etiquetar la nueva información que les está enseñando si desea que ellos realmente la absorban. Usted logra esto ayudándolos a que sus contenidos adapten la nueva información a sus marcos mentales o ayudándolos a construir los nuevos marcos mentales que necesitan para recibir esta información nueva. Mientras diseña su clase es importante que se haga estas preguntas:

  • ¿Qué conocimientos previos deben tener mis alumnos para que sean capaces de asimilar, procesar y depositar los contenidos que los voy a enseñar?

  • ¿Mis alumnos ya tienen los esquemas necesarios de forma tal que solo tendré que ayudarlos a colocar información nueva adicional en sus contenedores de depósito cerebral?

  • ¿O necesitaré ayudar a mis alumnos a construir depósitos cerebrales totalmente nuevos (para lo cual necesitarán más trabajo y más guía)?

Los nuevos contenidos que usted enseña deben ser adecuadamente etiquetados y colocados en el contenedor cerebral correcto (esquema) al cual sus alumnos pueden acceder. Cuando los contenidos que enseña son depositados en la memoria de largo plazo de sus alumnos, ellos lo han aprendido.


 

Referencias bibliográficas:

  • Dirksen, J. (2015). Design for How People Learn. Pearson.

  • Fonollosa, J., Neftci, E., & Rabinovich, M. (2015). Learning of Chunking Sequences in Cognition and Behavior. PLoS Comput Biol, 11(11), e1004592. doi: 10.1371/journal.pcbi.1004592

  • Botto, M., Basso, D., Ferrari, M., & Palladino, P. (2014). When working memory updating requires updating: analysis of serial position in a running memory task. Acta Psychol (Amst), 148, 123-9. doi: 10.1016/j.actpsy.2014.01.012

  • Luchicchi, A., Bloem, B., Viaña, J. N., Mansvelder, H. D., & Role, L. W. (2014). Illuminating the role of cholinergic signaling in circuits of attention and emotionally salient behaviors. Front Synaptic Neurosci, 6, 24. doi: 10.3389/fnsyn.2014.00024


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